Necesitaba un sitio. Un sitio para escribir de sentimientos confundidos y encarcelados con ganas de salir, para pensar al menos cinco minutos en ti o en la vida, para que se acuerden de ti, de mi y de tantos sentimientos, un espacio para los recuerdos y los que nunca llegarón a serlo.

sábado, 7 de junio de 2014

Que todo esto no te suene a nada, que nada vuelva a sonarte a todo esto.

Quería decirte que hoy estás especialmente subnormal.

Que te has equivocado de error, 
De quien era el malo de la película. 
Qué cómo te atreves a mirar hacia otro lado, 
que si te has olvidado de que soy yo la que suele olvidar.
Nos vamos, no me jodas. 
Decirte algo como que, desde que momento has creído que me lo creería, 
que desde cuándo es hasta cuando tú quieras. 
Que desde cuándo es hasta entonces. Que a quién le queda mejor que a mí el quién y el dónde y el ahora y el más tarde y el demasiado tarde.
Que a qué coño te la juegas. 
Que no me tires de la lengua, que me saques el corazón con la mano izquierda y el que se joda seas tú. Que no te queden más dedos, que se jodan también las otras.
Que te mueras, pero que no me entere yo de que te matan.
Que si cortas por la mitad dos caminos que se cruzan nace una inicial que suena a venganza. 
Que todo esto no te suene a nada, que nada vuelva a sonarte a todo esto. 
Que malvivas como los vividores, que sueñes como los que duermen y te despiertes como los mediocres que sólo sueñan.

Y que no esperes encontrarme en el infierno porque dudo que me vayan a dejar entrar.
Que eres un motivo del paisaje como cualquier otro desde que andas por ahí colocando ganas, ilusiones y te quieros vacíos,
que ponerte a prueba ha sido el reto más torpe al que me he sometido en la muerte. 

Porque  no creía que fuese tan fácil demostrarte que eras igual que él y que él y que él y que ella y que esa y la otra y aquel que entonces y esto que viene después.
Que en boca cerrada no entran moscas, pero tampoco salen. 
Que me hubiese dado igual caer en la trampa de haberla compartido contigo, que esa cueva la edifiqué yo.
Pero que no, 
que no le enseñes a ganar a quien siempre gana cuando no está jugando. 
Que no me enseñes, que no me cuentes, que no me leas.
Que a los tontos les encantan los lápices y las que nos lo hacemos coleccionamos sus gomas.
Que las marcas en el papel no se borran, que quemar después de leer no lobotomiza.
En definitiva: que hay que ser subnormal para ser todo lo contrario.
Aunque al final sólo he buscado en la agenda el hueco que dejas, he 
dejado de defender lo que un día defendimos pese a que el tiempo me quitó la razón.
Así que no te creas tan importante, y yo no seré tan tonta de nuevo.
Que las mentiras que a ti te sobran, son las razones que a mi me bastan para olvidar. 



( Edit; Irene x)

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