El mundo duerme, y yo sigo aquí, estremeciéndome con cada latido. Solía escuchar como reías y como de vez en cuando susurrabas recuerdos entre el silencio de aquellas paredes azules. Nos contábamos cómo nos había ido el día, todo lo que habíamos estudiado y cuánto nos estábamos echando de menos .Y ahora tras varios cientos de dudas permanecemos en silencio, sin pensar en la posibilidad de volver al mismo hueco, en simulacros de recuerdos y despedida en el trayecto de puertas a latidos ajenos.Sintiendo como el pulso tiembla en las respiraciones que se cruzan melódicas, como si todo se desvaneciera por momentos.Me acerco al dolor. Con la lluvia dentro, llevándome a un anochecer de sobresaltos esperando que algo nuevo pase y me arranque la pena. Cualquiera pensaría que soy una idiota, y de hecho parece una estupidez permanecer con los ojos abiertos cuando aparentemente ya no queda nada que decir. Cuando el miedo toma su papel principal en una noche de casi primavera. Comenzando una guerra entre sentimientos y razón. Apostando a doble o nada. Quedando expuesta ante el destino.Pero de repente los segundos se detienen ante el silencio.Las agujas siguen su curso silenciando las despedidas. Aguanto la respiración un instante, y juraría que el mundo detiene su movimiento ante el recuerdo, por no poder susurrar un te quiero. Y sin querer darme cuenta de que la magia se me escapa entre los dedos.
Nunca he tenido tanto frío debajo de mi edredón, nunca te he querido tanto y a la vez he confiado tan poco en sobrevivir a base de miedo. Pero puede que quizás me toque perder.
Ser un capítulo, quizás una línea... la más fina, la más débil.
Y tú mi vida entera,sólo eso.
El amor de mi vida. Sólo eso.
Otro te quiero, y otro, y otro más.
Siempre me quedará un te quiero que decir.
Buenas noches amor , te quiero.
A.
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