Necesitaba un sitio. Un sitio para escribir de sentimientos confundidos y encarcelados con ganas de salir, para pensar al menos cinco minutos en ti o en la vida, para que se acuerden de ti, de mi y de tantos sentimientos, un espacio para los recuerdos y los que nunca llegarón a serlo.

sábado, 13 de abril de 2013

Como a nadie más.


Noches pasadas en el sofá, sin sentir más allá de el. Sin las explicaciones que alguna vez habría querido escuchar.  Fuera, en el balcón, la noche permanece en silencio. Siguiéndole después el ruído molesto de las fuerzas agotadas. Aquel ruido, estúpido, buscando y esperando encontrar una respuesta. Dar un porqué, un simple porqué, cualquier porqué. 
Todo parecía haber acabado tras aquella despedida. Quedando fuera de los recuerdos, del pasado. Pero las cosas que creía haber perdido vuelven, y me alcanzan. Y las cosas más estúpidas, cuando piensas, las recuerdas como las más bonitas. Porque quizás  aquellos momentos no tienen comparación. Y me dan ganas de gritar y gritar. Creía que era casi imposible que me hicieras cambiar de opinión, pero al parecer no lo tenía lo suficientemente claro. Claro que, aunque no quisiera, cada ida volvería, pero para irse. Me hubiera gustado conseguir que todo hubiera sido diferente, sin palabras injustas, sin miedos ni dudas, sin desaparecer. Siendo la razón de desvelos, canciones, salidas, abrazos, fotografías, sonrisas.  Como los problemas desaparecen cuando el esta delante de mi. Como me para, me disloca. Consiguiendo temblarme por dentro como tiembla el mundo cuando el pasea por ahí.
Descolocandome al presente, sin ser fácil, como en aquel febrero en el que volvió aparecer. " Y que al final y sin quererlo te perdía, como me perdía yo. Inventando una huida, obligándome a no verte", quedándome en aquel mes sin tus buenas noches
Pero quizás nada ha cambiado desde entonces, aunque sepa que estamos hechos para ello. Porque sigue siendo el único que consigue hacerme perder todas las reglas, principios y palabras. Teniendo aquellas maneras que le hacen ser inevitable y que a la vez, no me dejan no quererle. Pero que desaparecen cuando los recuerdos llegan, como lo hacen las canciones cuando no nos besamos. 
Volviendo a escribir, pero esta vez, con miedo, sabiendo que él piensa lo peor de mi. Que no soy buena para él, pero que a pesar de nosotros, aquellas palabras salían para hacerlo todo un poco más difícil. Incluso cuando nunca quise hacerte daño. Y ya sólo me pregunto como hubieran sido las cosas si todo hubiese sido de otra manera.

Porque a un último verso a veces le siguen otras líneas.
Recordando todo lo que no he podido decirte, lo que hubiera querido que supieras.
Cómo cuanto te echo de menos, entre todos los días.
Buscando razones y un por qué, y sintiendo que el tiempo es el que pasa, y tambíen decide.
Pero ya se sabe, que cuando un amor se "acaba" se puede encontrar todo, excepto un por qué.




 Sabes que a pesar de todo, te quiero,
Como a nadie más.

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