Necesitaba un sitio. Un sitio para escribir de sentimientos confundidos y encarcelados con ganas de salir, para pensar al menos cinco minutos en ti o en la vida, para que se acuerden de ti, de mi y de tantos sentimientos, un espacio para los recuerdos y los que nunca llegarón a serlo.

viernes, 4 de octubre de 2013

Ahora podemos ser otros, más grandes.

Fue el desamor quien se llevó los muebles, quien llenó el descansillo de mi vida de cajas de cartón desengañadas, de ascensores que crujían como las despedidas.
Fue el desamor, fue su culpa.
También él tuvo la culpa de que pasara cuatro meses empotrada en un piso temporal pensando qué falló en nuestra estructura. 
Gracias a eso, fui comprendiendo que a veces encalla en las miradas el destino y se nos borra la sonrisa porque no queremos renovarla
queremos ser los de siempre, sentir lo de siempre, 
seguir como antes, sin darnos cuenta de eso que decía el dicho, que no estamos distantes… estamos distintos. 
Ya no podemos alcanzar a aquellos que fuimos hace tanto ni falta que hace
Ahora podemos ser otros, más grandes
Pero nos empeñamos en seguir siendo pequeños, 
cegados por una pasión de anteayer, 
desorientados por los latidos del pasado. 
Eso me enseñó el desamor
que somos ingratos con el futuro
que ese desamor solo viene cuando nos empeñamos en no cambiar, 
cuando no le aceptamos al destino
las nuevas condiciones de su oferta de renovación.


E.Ma

No hay comentarios:

Publicar un comentario